Solos en el campo, estos chicos inocentes pueden finalmente meterse en los pantalones del otro, moliendo sus paquetes y revolviendo el esperma en sus cuerpos llenos de hormonas. Un tipo deja caer sus calzoncillos hasta las rodillas para dejar que su compañero se meta en la polla gruesa y venosa que lleva dentro, y luego muelen sus delgados cuerpos en un polvo a pelo.